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Como si se tratara de barca enfilando la proa hacia el reguero de la cañada, este monumento naviforme de la temprana Edad del Bronce balear tiene en la finca de Es Calderers (Sant Joan) acreditado testimonio funerario de hordas pastoriles radicadas en aquella extensa majada. C. Veny la publicó en 1968 (B. P. H., IX, Madrid) mediante croquis planimétrico, sin haber alcanzado a ver el fondo de tierra, las espinas compartimentales de sus células propias de enterramientos de segundo grado, ni poder apreciar el carácter plenamente natural del hipogeo; excepción hecha del somero ahondado artificial de las rocas del suelo, excavado con el propósito de diferenciar el cubículo absidal del resto de la nave y su ínfimo corredor deambulante. El mismo surco drenante hacia fuera, alargado ligeramente discordante respecto al eje del resto de la cueva (506595 4382730 185 CCM 02 I Cazn), más allá del escaso dromos de la angosta embocadura.

El autor de estas notas documentadoras señala, en la imagen fotográfica captada por C. Jerónimo, los dos más inferiores niveles inundatorios del antiguo lucillo de aguas cársicas. El más moderno y hondo obedece en realidad a la obstrucción accidental del reguero de la entrada, debido a la caída en el interior de tierras y materia orgánica; mientras el del color de la verdina indica el máximo nivel del encharque interno, consecuencia de las filtraciones pluviales indicada en la segunda imagen o central, casi a nivel de la juntura interestratigráfica del cubículo absidal. De modo que la conformación del subterráneo se iría formando conforme progresivamente se encajaba el drenaje, en duros materiales margo-calizos, dolomíticos y silíceos.

De la fotografía de arriba a la izquierda puede apreciarse el adintelado estructural interno en el macizo y el escaso laboreo regularizador del hipogeo en la cúpula y las paredes. Signos de identidad que sugieren cronología propia de la transición entre el Pretalaiótico y el Talaiótico.

En Sant Joan se ha podido acceder a otras cavidades de aproximadamente el mismo periodo, necesitándose en algunas de ellas las preceptivas tareas de limpieza a cargo de los correspondientes facultativos. No es el caso de la Cova Minera de Binifarda y las otras de los alrededores, intensamente explotadas en su momento para la extracción de minerales, gravas, tierras raras, pigmentos, piedras y recursos para producir cal y cemento natural, además del estiércol animal acumulado durante siglos en el interior, útil para el abono de los huertos cercanos. Con el recurso fueron desapareciendo los restos arqueológicos contenidos en tales cavernas. A veces esparcidos en las tierras de labor, como solía ser habitual.

La mina mayor de Binifarda (vid. el PDF en el anexo de 2023, SJo. M.01) fue en parte sometida a continuados procesos extractivos, a lo largo de siglos, hasta finalmente iniciarse el recurso de explotación al aire libre, cuando ya el yacimiento estaba prácticamente agotado. Para ello se provocaban controlados colapsos cupulares y el relleno en retroceso de las galerías improductivas, a fin de garantizar la seguridad del resto, evitando de paso el excesivo volumen de las escombreras. Probablemente en épocas prehistóricas en el sitio se produjo cobre (según acreditan las escorias de fundición detectadas en los alrededores), cinc, algo de hierro, azufre y plomo.

Bajo las acantiladas peñas del Puig de Sant Nofre se inició una exploración prospectiva de sulfuros, actualmente enclave conocido como Cova des Soldats (PDF, anexo 2023), perforando la base del farallón a partir de lo que fue acogedor abrigadero prehistórico y el cual acaba destruido al desprenderse la gran sección de rocas que formaba potente brecha traccional. Las peñas desprendidas rodaron ladera abajo, dejando en el suelo los triturados fragmentos de cerámica de cuando menos tres significativas épocas. Los vestigios más antiguos remontan el Bronce medio balear, entre tiestos talaióticos a base de cocción oxidante, evidencias de vasijas tardorromanas africanas de influencia bereber y determinados fragmentos de tradición musulmana.

Explícito nivel lagunar, o encharque pluvial interno, muestra en el actual frontil rocoso hasta donde alcanzaron las aguas, antes de hundirse su techo. Pero la corta galería conservada muestra claros indicios de haber sido remodelada y amplificada a base de barrenos y explosivos, a partir de reducto natural preexistente; quizá de tipo hipogeo funerario. Ignorándose de momento algo sobre el motivo de búsqueda que los supuestos soldados del nombre del antro pretendieron hallar dentro. A no ser que quisieran cercionarse sobre el origen del troceado mineral de cobre gris que se halla en la cumbre del mismo monte, donde las estructuras ciclópeas prehistóricas de arriba (dos bastiones torreados y muro cortina entre ambos, etc.), fueron mayormente destruidas por razias musulmanas. Demolido enclave defensivo más tarde utilizado para edificar ermita cristiana encima.

En el Puig de Sant Nofre, cerca de la linde intermunicipal de Sant Joan pero en el municipio de Petra, se encuentra la llamada Cova de sa Banyuda, pequeño abrigo de escasos metros de amplitud, similar medida en alzada interna y poco menos de fondo, Fue útil cubil rocoso donde criaron colmenas, su nombre parece indicar la culminación del serrallo, en cuanto alzado cuerno orográfico del sitio de Es Corb; en realidad cuerpo de guardia de la prehistórica fortificación de encima, entendida asta farallonera.

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informes    Anexos al CORPUS CAVENARIO MAYORICENSE, Año 2023.pdf

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