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En la imagen de
arriba, M. L. Redondo ante
una de las numerosas cuevas del Barranc de Son Cifre (Manacor). Algunas de ellas sirvieron
en épocas prehistóricas de hipogeos funerarios, hacia finales
del Bronce balear. El hecho que fueran escasamente útiles
habitáculos se debe al tipo de roca arenisca en que se abren.
Los desprendimientos de granos de arena que caen del techo hacen
algo incómodo permanecer dentro. Aunque el problema en parte
solía resolverse a base de intensas fogatas de pino practicadas
en el interior, con el fin de impregnarlo todo del asfalto
resultado de las humaredas internas. Del mismo modo a veces se
procedida en las cuevas habitacionales formadas en las
deleznables rocas margosas y las cuales son aún más propensas a
descascarillar el recubrimiento protector. En cambio, en
materiales más compactos, solía utilizarse el blanqueo con cal;
sobre todo en épocas ya bastante más modernas. Y en cuevas
de Menorca se constata, con similar objetivo, las conocidas
imprimaciones a base de alumbre. |
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De izquierda a derecha: curiosa formación
estalagmítica recordando un napoleónico soldadito de plomo. El goteo de agua que tenía o esporádicamente aún
tiene encima lo formó sobre suelo cascajoso desprendido de la
parte alta de la rampa de la fallada brecha generadora de este
subterráneo de los alrededores del Puig Alcaneda en Alaró.
En el centro del
tríptico: Santi en el descenso hacia el pozo grande
interno de la misma caverna; donde se hizo necesario amplificar
artificialmente la angostura que puso en la parte más profunda.
A la derecha, descenso en uno de los
pozos a la Cova-avenc des Telègrafat (Sant Llorenç des
Cardassar); donde la peligrosa clasticidad apenas encajada en la
brecha no es menor que la amenazante en el otro pozo del mismo
subterráneo. Todo es cuestión de separarse lo más posible del
endiablado problema incursivo, mediante la adecuada vía de
progresión en vertical sin rozar el inestable cantizal. |
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El proceso de
formación de las pisolitas en rocas calizas es muy variado. En
la imagen de arriba son cantos parcialmente rodados y
recubiertos de calcita, en sucesivas finas capas sedimentadas,
sobre cada pieza sometida al insistente goteo cenital procedente
de las estalactitas de encima. Pero en otros casos son
asimilables a auténticas "Perlas de las Cavernas", al generarse
sucesivas capas concéntricas carbonáticas sobre núcleo de
cualquier otro material, sea trozo de carbón vegetal
transportado por el agua, hueso de pequeño animal o cualquier
trozo de calcita, aragonito, etc. En los nidos de pisolitas el
movimiento inducido por el goteo le confiere aspectos formales y
particularidades diversas, sean en fases erosivas, abrasivas,
corrosivas, disolutorias o bien resultando de todo ello un poco.
Siendo algunos ejemplares especialmente espectaculares, cuando
se forman en el interior de alveolo anegadizo y donde al propio
tiempo de crearse su forma genera el cofre donde se aloja esta,
sin duda, bella joya cársica. |
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Ahora, aquí mismo,
en esta otra estupenda fotografía de L. Ramírez, ya no se trata
de simples pisolitas, sino de fenómeno un poco más complejo. Con
cantos mucho más grandes y toda una mezclada secuencia de
estados conformativos, afectando incluso los bolos pavimentarios,
sus diversos espeleotemas implícitos y las
partículas que
favorecen o son susceptibles de favorecer otros mecanismos
cristalográficos. Como es sabido, los colores permiten detectar
los minerales, tierras e inscruptaciones del recubrimiento;
mientras la abrasión se encarga de pulir al tiempo de seccionar,
en limpio tajo, hasta prácticamente el interior del núcleo
pisolítico y aledaños de la colada travertínica.
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Nuevo ejemplar de
Myotragus,
muestra de la amplísima dispersión geográfica del género por
toda la isla de Mallorca hasta acabar en su extinción. En este
caso concreto, el individuo se precipitó por el agujero de la
entrada de la sima cuando estaba tan abierta como el recién
amplificado acceso actual, quedando en el fondo de la sala
terminal, donde quedó y fue fosilizándose los huesos con el leve
recubrimiento calcítico apreciable en la fotografía. |
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En la fotografía de
arriba a la izquierda X. Macías
iniciando el ascenso hacia la ardua angostura de salida.
En la imagen siguiente, T. Bestard procurando salvar el
obstáculo sin inquietarse ante la dificultad. Cuestión de
paciencia. Pero no siempre se logra pasar con éxito y por
consiguiente procede trabajar algo mejor para ampliar el agujero
hasta conseguirlo. |
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Arriba, secuencia de
cuatro aspectos internos de este
infernáculo denominado
Avenc d'en Bestard
(Palma) en función de haber sido su discubridor, el artífice
desobstructor que facilitó la exploración del subterráneo a
partir de cálido soplador de pocos centimetros de diámetro
inicial. Dentro no sería el peor obstáculo a superar, conforme
se aprecia en la imagen siguiente. |
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"Corpus cavernario mayoricense"
jaencinas.ccmallorca@gmail.com
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